Una mirada a África como tablero de la geopolítica internacional

miércoles, 6 de enero de 2010

LAS COMPLICACIONES DE GARZÓN CON EL SÁHARA

Una buena noticia, aparentemente. Garzón reactiva la querella por el genocidio perpetrado por el régimen marroquí contra el pueblo saharaui. Digo aparentemente, no por escepticismo sino porque he repasado varias veces el texto de la información tal como ha aparecido en varias agencias, y no lo dan tan por hecho como la Cope que dio la exclusiva de que el superjuez viajará a Argelia los próximos días para tomar declaración a trece saharauis víctimas de crímenes contra la humanidad cometidos por los invasores marroquíes entre los años 1976 y 1987.

La Cope recuerda lanzando las campanas al vuelo que estos 13 testimonios imputarían a 32 altos cargos de Mohamed VI. Hasta ahí parece que los Reyes de Oriente se hayan adelantado. Pero luego leo qué dicen las agencias Efe y Europa Press y en sus redacciones no se da la cosa tan hecha. Uno de los titulares dice que Garzón "ha pedido ayuda a Argelia" para poder realizar su misión judicial sin confirmar luego en el resto de la noticia que se la hayan concedido. Bueno, que no cunda el pánico, está a punto de llegar el presidente argelino Buteflika de visita a Madrid, y el ambiente debería ser propicio para que le den a Garzón la ayuda que solicita y, más si es para ayudar al pueblo saharaui y, de paso, meterle el dedo en el ojo al engreído de Mojamé.

Ahora, la ayuda que pide Garzón a los argelinos no es para que le den apoyo logístico en un territorio difícil de visitar sino auxilio judicial. Garzón ha cursado una comisión rogatoria para poder interrogar en ese país a los testigos, por lo visto, porque por esa nebulosa de los trámites a los que se deben las oficialidades no se lo puede pedir a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). La razón es obvia, aunque hay muchos países que han reconocido el estado proclamado por el Frente Polisario en 1976, España no se encuentra entre ellos. De hecho, añaden estas noticias, cuando Garzón en un primer intento consultó al Ministerio de Exteriores en Madrid, le contestaron que nada podían hacer por sus gestiones porque no hay relaciones diplomáticas entre España y la RASD.

Por eso, el pasado 5 de febrero el juez ya solicitó cobertura a las autoridades judiciales argelinas aprovechando que Argelia sí reconoce a la RASD como estado. Los argelinos contestaron a Garzón que, lo de la comisión rogatoria no era con ellos con quienes tenía que hablarlo, que tratase directamente con la RASD. Lógico también, porque si Argelia reconoce a la RASD como entidad estatal independiente, no tiene sentido pedir en Argel ningún permiso de tipo oficial en relación a los saharauis a menos que se reconociese implícitamente eso que dicen en Marruecos de que la RASD es el estado fantoche creado y tutelado por los argelinos. Así que ya vamos por el segundo intento...y ello explicaría en parte lo de la lentitud de Garzón en este caso. Vale.

Lo que sin embargo no entiendo es para qué necesita el juez Garzón pedir la colaboración judicial argelina si su trabajo lo va a hacer, como parece, en la RASD, es decir, no en esos campamentos que fueron situados en territorio argelino para que los saharauis pudiesen escapar a los bombardeos de napalm marroquí, sino en lo que solemos llamar los territorios liberados, la parte del Sáhara español que quedó en poder del Polisario.

Garzón no es un propolisario, lo ha demostrado fehacientemente y está bien que así sea porque los jueces no pueden permitirse esos lujos. Pero si con el Haidargate hemos quedado con que el Sáhara ocupado por Marruecos sigue estando (de acuerdo a derecho) bajo la autoridad administradora española porque no se ha descolonizado y así será hasta que se celebre el referéndum de la ONU justo y libre… el Sáhara español bajo control del Polisario está jurídicamente en la misma situación. Así que, de la misma forma en que Aminetu no necesita pasaporte para viajar entre Lanzarote y El Aiún y viceversa, tampoco tiene que pedir Garzón permiso ni a Argelia ni a la RASD para trabajar allí porque, para un juez (y más si es español) el Sáhara no debería ser otra cosa que un Territorio No Autónomo administrado por España.

¿A que no tiene que pedir comisiones rogatorias para ir a Valencia a ver qué ha pasado con Camps y sus trajes? Pues lo mismo con Tifariti, el Aiún, Bir Lehlú o SmaraA menos que, se quiera complicar la vida inútilmente. También podría ser, que Garzón esté promocionando un movimiento para que España, por fin, haga un traspaso de la administración al pueblo saharaui como se suele hacer en la mayoría de las descolonizaciones, que para eso el pueblo saharaui y no el marroquí es el legítimo dueño de esa tierra (lo dijo el Tribunal de La Haya). ¿Podría ser? (Se lo preguntaremos a los expertos en derecho).

En cualquier caso, una vez saltado el obstáculo de la burocracia de y entre Estados que amenaza con montarle una espiral sin fin, a Garzón sólo le quedaría lidiar con el enfado de Mojamé que, ya tenemos más que comprobado, suele ser inevitable y morrocotudo cuando se toca el Sáhara. Tengo la impresión de que esa misión de Garzón, efectivamente, al sultán no le iba a gustar ni un pelo.

P.D. Espero que a estas horas estéis disfrutando de los regalos de los Reyes de Oriente y de más jijona. Aunque sea con retraso feliz año, Aminetu. La pena es que los Reyes no hayan podido pasar a tu casa por el cerco policial. Pero, como dice Javier Perote, este 2010 promete mucha intensidad, no hay más que ver, como bien explica el profesor Ruiz Miguel lo nerviosos que están en Rabat.

1 comentario:

NUM dijo...

Estimada Ana,
Que la instrucción de Garzón se reactive ahora muestra su sentido de la oportunidad en aras a mejorar una imagen que ultimamente ha sufrido algún desgaste, pero es algo que se debe anotar en el haber de la huelga de Aminetu.
Es probable, que como en otros casos, la instrucción de Garzón no permita hacer justicia y castigar como merecen a los imputados, pero por contra, garantiza una reprcusión mediatica que puede ser una condena internacional a los crimenes del majzen.

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